En el corazón de comunidades rurales a menudo dispersas, donde el paisaje se extiende entre montañas y valles, existe un tipo especial de escuela: la escuela unidocente. Estas instituciones, únicas en su naturaleza, representan un faro de educación. Una sola persona docente asume la tarea de guiar a estudiantes de diversas edades y niveles académicos, creando un ambiente de aprendizaje íntimo y personalizado.