El bajo rendimiento académico
puede manifestarse de manera transitoria o de manera consistente. En el segundo
caso, la problemática podría conducir al fracaso escolar de un estudiante desde
la educación preescolar y /o a través de la escuela primaria. Esta dinámica de
fracaso escolar puede acontecer producto de varios factores, algunos relacionados
con el entorno social del estudiante, otros con la metodología del sistema
educativo vigente y otros más pueden vincularse con las condiciones
constitutivas propias del niño o niña. Estos últimos, a saber, el conjunto de
elementos vinculados con las condiciones propias del estudiante, pueden ser subdivididos
en varios tipos.
Entre ellos podemos encontrar
problemas como el retardo mental, las deficiencias sensoriales, o bien las
Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA). Aquí, entendemos por DEA
aquellos desórdenes producidos por disfunciones en uno o más procesos psicológicos
básicos, que provocan deficiencias en la capacidad para comprender y utilizar
lenguajes hablados o escritos, y que se encuentran asociados con el mal
funcionamiento del Sistema Nervioso Central.
Debido a lo anterior, las DEA
deben ser consideradas sólo como una de las posibles causas del fracaso
escolar; y por lo tanto, no debemos asumir que todo caso de bajo rendimiento académico
o fracaso escolar está necesariamente ligado a una Deficiencia Específica de
Aprendizaje.
(Tomado de: Dificultades
Específicas de Aprendizaje: Un enfoque Neurocognitivo, UCR, San José 2010)